La ingratitud, como la traición, deshumaniza

… la ingratitud, como la traición, deshumaniza… nos hace ser como en el fondo no somos, nos obliga a decir con los labios lo que el corazón no quiere… el amor gratuito e incondicional nos humaniza nuevos hasta reestrenar la verdadera vida… existen muchos fuegos donde se traiciona al amor y, haciendo así, nos deshumanizamos, nos partimos y rompemos… pero hay otras brasas, las que el amor prepara al amanecer de nuestras oscuridades y a la vuelta de nuestras fatigas, y allí nos convoca en compañía nueva… la “rosa sin porqué” es ese amor gratuito e incondicional que nos hace ser humanidad distinta… ¿te han hundido las traiciones o te ha elevado el perdón de un amor gratuito?, ¿has sido capaz de nacer nuevo en perdón recibido o donado?… (con el Evangelio de hoy San Juan 21,1-19)…