… la gratuidad te hace plenamente libre… por eso, desde y con ella, puedes hacer “lo que quieras”… que no es lo mismo que “hacer cualquier cosa”… cuándo la gratuidad está en el principio de tus elecciones haces “lo que debes”, aunque nadie te entienda… cuando la mezquindad está en tu corazón, haces las cosas según tus caprichos, ocurrencias o intereses… la gratuidad y la magnanimidad caminan juntas, la mezquindad se da la mano con la mediocridad… siempre puedes obrar como un “cerdo” o como un “santo”, decía Víctor Frank… en estos tiempos de decadencia, puedes “caer más” o “elevarte”… muchos prefieren lo más vulgar, parece que buscan los niveles más bajos… quizá para no molestarse con exceso o, simplemente, por reacción o por miedo… la opción por lo más “barato”, en cualquier orden, lleva el éxito y nadie vacila en la elección… es la presentación de lo “decente” y, tal vez, de lo posible… “me costó poco”… pero esta conducta tira hacia abajo y tiene otras consecuencias… si así decides, das, de lo que tienes, lo peor… sé libre, sé magnánimo, vive en gratuidad y darás, de ti, lo mejor… la #rosasinporqué es libre y magnánima, por eso desde la gratuidad hace lo que debe y, de ella, da lo mejor… ¿cómo vives tus obligaciones?, ¿eres libre y magnánimo o eres dependiente y mezquino?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 17,22-27)…