… ¿has perdido tu “sentido” de “identidad”?… ¿te percibes allí debajo, sin asidero, sin domicilio, sin hogar, sin un destino claro, en esta hora de confusión y de tormentas?… ¿dónde está tu “persona”, dónde tu “sí” profundo, dónde en verdad tú mismo?… si hoy te detuvieran por la calle y te preguntaran: “¿quién eres tú?”, “¿cómo te defines como persona?” o “¿qué te apasiona de la vida?”… ¿qué responderías?… tal vez te sorprenda tu silencio… preguntas sencillas como éstas no son fáciles de responder, ¿por qué?… aunque cueste creer muchas personas se definen a sí mismas por sus errores o aciertos, por sus logros y fracasos, o lo que es peor, por lo que tienen o pierden… ¡es un error enorme definirte por lo que tienes!… la vida es un don y una tarea que desarrollar… cada uno, más allá de sus errores y aciertos en la vida, puede y debe elegir cómo quiere vivir… no llegas al mundo con una vida programada como si fueras un sistema cerrado… el don de la vida que has recibido, debes desarrollarlo… la #rosasinporqué sabe quién es ella: prolongación de la gratuidad que la hace vivir dando gracias ininterrumpidamente… ¿vives donde gracias o quejándote todo el día?, ¿eres sencillo como para no hablar mal de los demás ni comentar sus defectos?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 8,21-30)…