… hacen falta personas que asuman sus vidas como una misión… no son tiempos fáciles, pero la dificultad no es excusa para ceder ante el desaliento, y para conseguirlo se necesitan hombres y mujeres que muestren el camino con el ejemplo de sus vidas, no porque sean impecables sino porque han de ser rectos, coherentes y han de vivir apasionadamente su misión… el mundo está lleno de realidades, pero la tinta y las pantallas solo te hablan de una pequeña parte… más que nunca se necesitan personas auténticas, que no se llenen la boca con informaciones superficiales o sobre la omnipresente crisis, sino que sean hombres y mujeres de esperanza que te hablen, también, de lo bueno que está germinando, que rescaten lo importante de entre las marañas de lo banal… que tengan espíritu de profetas y recuperen su legítima función de ser altavoz de los ignorados… que no sean publicistas sino testigos, que luchen por contar la verdad sin temor a ser perseguidos… que atiendan a lo importante, que griten sin miedo desde los tejados… hace falta anunciar la “buena nueva” de la gratuidad, hombres y mujeres que la encarnen, que la vivan, que sean firmes sin ser fanáticos, que no vivan pendientes del rating, de las estadísticas ni del qué dirán, sino de la verdad… la #rosasinporqué asume su misión de contagiar la gratuidad con dulzura pero con firmeza, no atropella pero nadie la doblega… ¿has descubierto la misión de tu vida?, ¿eres coherente, firme, alegre, apasionado en el cumplimiento de tu misión?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 10,1-7)…