¡Qué gozo tan grande es entender el lenguaje de los pájaros!

… ¡qué gozo tan grande es entender el lenguaje de los pájaros!… porque ellos vuelan como el alma y poseen la maravillosa condición de hablarte por el sólo hecho de existir y de ser tales como son… se abren las fronteras en el secreto maravilloso de lo más profundo… todo habla o, mejor, todo canta… y es un himno de alabanza que se vuelve tuyo cuando te das cuenta de que sólo lo esencial merece tu atención… ¡si te dejaras lavar los ojos con barro!… es decir, si te dejaras crear nuevo, desde adentro… ¡si quisieras ver con los ojos del corazón!… ¡cuántos vanos esfuerzos para ver nada!… pero siéntate, ahora mismo, junto a un árbol y bebe un poco de agua fresca, cristalina… deja de lado las noticias recientes y las alarmas del día… deja y deja aquello en el nivel que le corresponde y goza del resplandor de las cosas, de los rayos de luz del Ser que, como el sol con el aire, todo lo llena de su presencia… camina al corazón, a tu jardín interior, y goza de los paisajes maravillosos en el territorio inalienable de las múltiples significaciones que con la nueva visión eres capaz de descubrir… vive una y otra vez en acción de gracias, abre los ojos a la gratuidad… revive, que nada ni nadie te puede quitar la realidad, la hondura, la alegría y la paz… la #rosasinporqué mira desde la gratuidad todas las cosas, y todo le es bello… ¿te dejas lavar los ojos con la gratuidad para ver todo nuevo y bello?, ¿qué situaciones condicionan tu mirada e impiden que veas con gratitud?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 9, 1-41)…