… ¿existe algo o alguien que al encontrarlo le dé pleno sentido a mi existencia, me transforme radicalmente y me haga plenamente feliz?… ¿puede existir una decisión que comprometa toda mi existencia?… ¡sí, sí!… al descubrirte a Ti, Señor, y la oferta de tu Reino, “dejé” todo por este brote germinal y discreto, que para otros resulta escondido como un tesoro o pasa desapercibido como una perla fina entre otras de bajo precio… encontrarte, Señor, fue encontrar la alegría que empezó a brotar de mi interior profundo ante el inesperado hallazgo de lo que tan infructuosamente buscaba… comprendo, así, que todo es gracia, que todo es don que recibo de tu Amor que me busca a mí más que yo a Ti… mi vida, como búsqueda y hallazgo, gratuidad del tesoro no buscado y discernimiento del valor de lo encontrado, requiere al fin una decisión personal de “venderlo todo”, de “dejarlo todo”… al dejar las antiguas seguridades y las garantías de antaño, al atreverme a lo nuevo de tu Presencia, no he temido perder lo que hasta entonces había pobremente conquistado… porque la alegría de aquel Encuentro se mantiene intacta… me enseñaste, con el tiempo, que es mi corazón el tesoro que Tu encontraste en este barro y que soy yo la perla fina por la qué te diste entero… la #rosasinporqué encuentra inesperadamente la gratuidad, que con tanto empeño buscaba, y vende todo llena de alegría para ser toda de ella… ¿estás abierto a lo inesperado en medio de tus búsquedas?, ¿dejas con alegría lo que te ata y encadena?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 13,44-52)…