… el amor tiene muchos nombres, muchos rostros, muchas formas… tiene innumerables historias… es amistad, fe, pasión, enamoramiento… es fraterno, filial, paterno, esponsal, amical… es compasión por las vidas heridas o anhelo por lo que está por vivir… es encuentro, quietud o tormenta… es aceptación incondicional, y al tiempo fe en las posibilidades del otro… es oración, silencio, contemplación, ofrecimiento… amor es saber darte, y también saber pedir ayuda a aquellos en quienes confías… es disfrutar de la presencia y echar de menos en la distancia… es celebrar juntos la vida y llorar juntos los golpes… a veces es sed, y otras manantial que sacia los anhelos… es señal de que estás vivo, y hay ocasiones en que la vida es canto, y otras en que es añoranza… «… sí, el amor, pero no ese amor que se siente por cualquier cosa, sino el que sentí por primera vez cuando amé a un enemigo moribundo… yo he experimentado ese amor, que es esencia misma del alma y que no necesita objetivos… se puede amar con amor humano a una persona querida, solo a un enemigo se le puede amar con amor divino… por eso experimenté tanta dicha cuando me di cuenta de que amaba a aquel hombre… ¿qué habrá sido de él?, ¿vivirá todavía?… el amor humano puede convertirse en odio, el amor divino no puede modificarse…” (León Tolstoi, en “Guerra y Paz”)… la #rosasinporqué ama porque ama, gratuitamente y sin otro motivo que amar, si hubiera una razón para amar ya no sería amor… ¿has descubierto el amor con todo en todo a todos?, ¿dejas el amor para después arrinconándolo?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 12,28b-34)…