… ¿dejaste que el bien y la belleza te abrazaran?… si así ha sido, ya no puedes dejar que otra cosa te habite, o que tú mismo te alejes del corazón de la gratuidad… has despertado en un amanecer sin ocaso, en el silencio nuevo de una aurora incomparable… ayer perdías tiempo y espacio en horas tempranas pretendiendo eso que no llega ni razón tiene… querías vender no sé qué productos y pasar por titiritero renombrado entre las gentes de tu pobre vecindad… hoy ya no sabes si no repetir tus viejos lances, con la ilusión de aumentar ese poder «que no puede»… deja pues de poner tu esperanza, tu vida y sus sueños, en las cosas que acaparas y acumulas… y deja de una vez los engaños que abruman y acaban por hacer sufrir más a los infelices que pretendes someter y controlar… sí, ¡déjate abrazar por la gratuidad y abrázala!… acepta este camino de gratuidad, ¡no vuelvas sobre tus pasos!… crees tenerlo todo y no tienes nada… la #rosasinporqué se deja abrazar por la gratuidad, por eso no acumula para sí ni acapara… ¿eres rico a los ojos de Dios?, ¿vives acaparando y acumulando como si el tener fuera la garantía de la felicidad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 12,13-21)…