… con quietud y silencio descubres el jardín interior de tu alma, para alcanzar con tus pasos la cima y elevarte más allá… y, entonces, poder servir mejor a tus hermanos… desde la sola exterioridad te quedas apenas con el envoltorio, con las cáscaras… no descuides el ícono de Jesús, no olvides los ojos que brillan en tu corazón… sábete en un ámbito inimaginable, mayor que toda imagen, en el mismo Corazón de Dios… no importa dónde te encuentres, tampoco te detengas a buscar «lugares» o «refugios»… simplemente ve directamente a Dios… algunos sembrarán discordia en tu interior, confusión y toda clase de temores… son cosas muertas, falaces, engaños, asedios porque no pueden lograr más… pero en tu intimidad la realidad es otra, muy otra, y nada ni nadie te puede apartar de ella… sólo vence el amor y la gratuidad… la #rosasinporqué no se deja vencer por la confusión, desde la gratuidad siempre conserva la paz… ¿pierdes la cabeza y haces perder la cabeza a los demás?, ¿te das tiempo para visitar y cuidar tu jardín interior?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 6,14-29)…