¿Caminar en la noche?

… ¿caminar en la noche?… quizá… o andar en soledad, aun en medio de multitudes… te preguntas por el eco de tus pasos, por esto o por aquello que pretendiste llevar a cabo o que, simplemente, no has logrado nunca… una y otra vez la misma pregunta, una y otra vez reaparece esa “desolación” que te parece una derrota, un fracaso… miras alrededor tuyo y no aciertas con lo que verdaderamente ocurre… los Santos Inocentes te regalan una luz no sospechada, la muerte padecida los asimila a los mártires… pero ellos “no supieron”, “no pudieron” entender, como tantos millones de víctimas inocentes… no tuvieron “argumento” ni razón alguna que esgrimir, “¡no supieron!”, “no alcanzaron” a adivinar siquiera… la fecundidad inimaginable de quienes “no-saben”, de quienes carecen de un “por-qué”… su silencio, te anime a seguir, “sabiendo que no sabes”, y confiando cada vez más en la única fecundidad de Dios… es un misterio que supera las coordenadas de la lógica de este mundo… pero la Navidad inaugura un “mundo al revés”, con la lógica de la gratuidad y del amor… la “rosa sin porqué” vive en y de la lógica de la gratuidad, la fecundidad de su presencia es insospechada… ¿quieren entender y saberlo todo?, ¿aceptas esa dimensión fecunda del no-saber?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 2,13-18)…