Aprender a escuchar, aprender a ver, para poder discernir

… aprender a escuchar, aprender a ver, para poder discernir… la atención advertida de la realidad es el gran desafío de los tiempos que corren… la «atención» precisa siempre de un horizonte que atraiga y eduque… no has de prestar atención a todo lo que presentan tus sentidos, por el contrario has de ser prudente y selectivo… por lo general dejan esos “datos” heridas en tu conciencia afectiva, las cuales no cicatrizan lo rápido que sería de desear… purificar la atención es un camino ascético que comporta una separación y un ejercicio de valor y de coraje, sobre todo con respecto a cuanto caprichosamente te rodea… comporta, antes que nada, una purificación del deseo, una mortificación de la curiosidad, aún en aquello que te sorprende en momentos de pasividad y que, ciertamente, no has buscado… no se trata sólo de no salir a buscar, se trata de no dejarte atrapar por lo que te asalta… ejercicio y valor, pues, para una atención advertida que te permita una autentica conversión de vida a la gratuidad… abre el horizonte límpido y transparente que se te regala a cada paso y no atiendas lo que es mediocre, vulgar o meramente divertido… la #rosasinporqué vive atenta a la realidad sin ser obsesiva, eso se lo permite la gratuidad y todo le aprovecha para bien… ¿vives atento a la realidad y convertido?, ¿demoras tu conversión como si no importara el desenlace de tu vida?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 13,1-9)…