¿Añadir alguna cosa?… ¿añadir qué?, ¿a qué?… no sabrías ya «añadir»

…. ¿añadir alguna cosa?… ¿añadir qué?, ¿a qué?… no sabrías ya «añadir»… sólo cabe que te dejes llevar por la gratuidad y por un silencio inédito que ha de decirte mucho más que cualquier gesto o palabra… tal vez haya por allí un sendero también desconocido que te indique una «liberación» nueva, pero no hay «liberaciones» nuevas… procuras romper las cadenas que ayer te ligaban y levantar, bien alto, las celosías oprimentes de «lugares» harto cerrados… pero no logras demoler el mal que desfila por avenidas y parajes, afirmándose en gritos y sinrazones… en suma, parece que no aciertas a «pasar más allá»… ¡si pudieras pasar!… ¿no aprendes de las aves que, en su vuelo y a riesgo de su vida, efectivamente pasan y van?… si te arriesgas, si arriesgas tu vida, pasarás… no importa perder, porque nada se pierde, déjate pues levantar en vuelo… ¡porque tú no te levantas!… sólo vive quien se desvive por quienes ama, y por lo que ama… el verbo del amor no es “amar”, sino “desvivirse”… la #rosasinporqué se desvive cada mañana y lejos de perder gana en gratuidad y en hermosura…¿pretendes amar sin desvivirte?, ¿crees que puedas vivir encapsulando tu vida para que no te pase nada y no entregándola con el riesgo de perderla?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,22-25)…