A donde van las siembras sin cosecha

… ¿a dónde van las siembras sin cosecha, las gestaciones sin parto, las opciones sin libertad, los insomnios sin respuesta?… la desilusión por los fracasos, la escases de resultados esperados, el volver siempre a tener que empezar, desgasta, cansa… ¿sirve de algo volver a intentarlo?, ¿y si es de obcecado que tropiezo?, ¿y si no es para mí o es por otro lado la cosa?, ¿será mi destino o algo que tenga que ver con lo divino?… preguntas y más preguntas que marean y ponen en duda las decisiones tomadas, las elecciones hechas… la fidelidad enamorada, la constancia del corazón que ama, ¿valen la pena?… ¿existen decisiones irrevocables cuando la libertad está condicionada?, ¿existe una libertad en la criatura que no sea limitada?… ¿y por qué entonces estos anhelos incontenibles de un “para siempre” que asoma nuevo y fresco cuando uno se enamora y sueña y vive y espera?… ¿delirio?, ¿utopía?, ¿adolescencia?… el sentido que busco llega él solo hasta mí, al transformar una herida en una ventana, al construir un puente con las piedras de un muro, al recoger una angustia y convertirla en palabra, al encontrar vivos en otros mis días perdidos, al mirar mi pobreza y contemplar profecía… la constancia, sí, pero esperanzada… la fidelidad, sí, pero enamorada… la #rosasinporqué es contante en mirar todo con gratuidad, para ella perseverar es “volver a empezar”… ¿eres constante en tus decisiones fundamentales?, ¿te has dado por vencido?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 21,10-19)…