La vida compartida

… la vida compartida, la convivencia, necesita de alianzas internas, no firmadas en despachos ni guardadas en archivos, sino escritas con el corazón y refrendadas más con gestos que con palabras… Señor, hagamos, entonces un pacto: Tú tenme paciencia, que yo tendré valor, y entonaremos un canto como nunca se ha oído y los pueblos volverán a la alegría…Tú pones la fortaleza, yo la debilidad, y envueltos en tu abrazo, nos lanzaremos a buscar compasión y justicia en una humanidad descreída… Tú pones el horizonte, yo las ganas y la pasión, y hombro con hombro, hacia ese destino orientaremos la vida abatida… hagamos un pacto: Tú pones la Verdad, yo la inquietud… tu Verdad y mi inquietud se enlazarán en la búsqueda más eterna de la Patria del cielo… Tú pones la Palabra, y yo el balbuceo, y entre escuchas, eco y silencios daremos voz al misterio… Tú pones la ternura, yo, cinco panes y dos peces, y se saciará el hambre de tantos, y aún sobrarán doce cestos… Tú pones la misericordia, yo algunos aciertos, y bastantes tropiezos, y en la escuela del perdón brotará la sabiduría que no encandila sino que abraza… hagamos un pacto: Tú quédate a mi lado, y yo bailaré Contigo el resto de mi vida entregada… la #rosasinporqué es parábola de convivencia, la gratuidad la alianza con todas las formas de vida… ¿qué vínculos pactas para tener alianzas de convivencias?, ¿das por supuesta la convivencia sin cuidarla con actitudes y gestos?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 16,29-33)…