El amante “permanece” en el amado, en la amada

… el amante “permanece” en el amado, en la amada, vivificándose y vivificándolo… “permanecer” en el amor es estar “enamorado”… el “permanecer” del amor no es epidérmico, exterior, superficial… el “permanecer” del amor es en la hondura del corazón, interior, cordial… no es pasajero, ocasional, circunstancial, coyuntural… es en el “para siempre” y “no importa lo que pase” de los compromisos auténticos… por eso “enamorarse” es “encontrar el nombre mismo de la vida” y “mantenerse enamorado” es la condición de la felicidad a cada instante… es descubrir las propias palabras en los labios de otro, es encontrar la misma mirada en los ojos del otro, es sentir que el corazón no late en uno sino en el otro, en el amado, en la amada… ¿es esto posible?, ¿no es una fantasía de adolescentes, ¿una utopía de soñadores?, ¿versos de poetas bajo la luna?… no, no… basta haberse enamorado en serio una vez en la vida, para saber que es así… la #rosasinporqué vive enamorada, la gratuidad le hace permanecer en el amor y es inmensamente feliz… ¿vives felizmente enamorado?, ¿cómo cuidas y acrecientas el “permanecer” en el amor?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 15,1-8)…