Vuelve incesantemente a la gratuidad, y nunca te creas suficientemente en ella

… vuelve incesantemente a la gratuidad, y nunca te creas suficientemente en ella… vivir en la gratuidad y ser agradecido es una constante conversión… ¡son tantas las «cosas» que te distraen, que pretenden arrebate de ella, de la belleza, de la verdad y de la paz!… sin embargo, en la misma medida en que adhieres a la gratuidad puedes liberarte de lo que quiere apartarte o alejarte… parece que la «calamidad» y la “mala suerte” son más fuertes, pero no, son mucho más débiles… en suma, todo depende de la perseverancia de tu adhesión a ella… lo más hondo, lo más interior y viviente, no requiere diplomas, ni preparaciones, ni estructuras, requiere la apertura de tu corazón a su paisaje infinito, al ser y a la vida que recibes incesantemente como don… estás donde en verdad eres, aunque los datos sean escasos, aunque todo te parezca lejos… hay un gran misterio: lo que se manifiesta lejano es lo más próximo y lo que está aparentemente aquí no más, es lo que permanentemente se va y acaba… lo que hace ruido pierde su sonido, antes o después… lo que calla, el abismo de la gratuidad, es noticia presente de eternidad… la #rosasinporqué todos los días renueva su adhesión a la gratuidad, en ella encuentra la fuente y la meta de su alegría y de su paz… ¿deshechas convertirte pensando que ya estás hecho del todo?, ¿te desanimas por orgulloso y al seguir por mucho tiempo igual abandonas por presuntuoso?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 13,1-9)…