¿Una nueva montaña a escalar?

… ¿una nueva montaña a escalar?… no, no te asustes… eres demasiado pequeño para intentar algo más… sólo un pequeño instante y apenas una mirada… lo que parece lejano es, con frecuencia, lo más inmediato… sobre todo si conservas el corazón de un niño, cuando no pienses estarás más allá, allá arriba… ¡cuánto aspira y suspira el hombre por superar las fronteras!, ¡cuánto ahogo en esos ámbitos estrechos, aquí y allá!… hondura misteriosa de la gratuidad que es, de algún modo, el “lugar”… la montaña o la estrella, todo indica y señala una suerte de “espacio” trascendente que es morada y que es profecía… si eres agradecido, vas de camino y siempre llegas… en la “rosa que no tiene porque”, en el instante, ha brillado la gratuidad… esplendor que parece un relámpago que, al atravesar el cielo, te abre el campo y el tesoro en él escondido… aprende, agradecido, a contemplar el cielo en la rosa y en el instante la eternidad… la #rosasinporqué es anuncio y es presencia, en ella la gratuidad es belleza sonora y silenciosa del “ya” como sacramento del momento presente…¿cómo vives el momento presente desde tu debilidad y pequeñez?, ¿dices “si” pero luego te quedas, dices “no” pero luego aceptas?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 21,28-32)…