Un día te decides a vivir en y desde la gratuidad

… un día te decides a vivir en y desde la gratuidad, caes en la cuenta que esto exige una respuesta personal, un poner en movimiento toda tu existencia siguiendo libre y apasionadamente al amor verdadero que no pide mucho, sino todo… esta “decisión” no te “dopa”, ni te “inmuniza”, ni te “aísla”, ni te “fanatiza”… esta decisión no soporta “amuletos”, ni es fruto de “supersticiones” o “cábalas”… por eso debes pensarlo muy bien, ser muy prudente, antes de decidirte a vivir en y desde la gratuidad… desaparecerán del horizonte las seguridades maquiladas y los instantes que te envuelven traerán un nuevo desconcierto… es entonces cuando, azorado, quedarás enmudecido, sin lograr la respuesta que aguardabas… el gusto de las «impresiones» más exteriores abruma y se vacila, aquí y allí, sin saber cuál es el camino… el hombre desconcertado sólo halla opciones diminutas, sólo percibe la desolación de lo vulgar, sólo puede atender a lo más inmediato, carente de perspectivas… nada que suene mucho, a que te haga calcular la entrega, te dará respuesta… recuerda, el amor no pide mucho, pide todo… la #rosasinporqué es tan hermosa porque se decidió a seguir incondicional y totalmente a la gratuidad… ¿en qué consiste tu fe?, ¿eres consciente de la dimensión que el seguimiento del Señor implica?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 14,25-33)…