¿Todo es esfuerzo?, ¿todo es sacrificio?

… ¿todo es esfuerzo?, ¿todo es sacrificio?… no, existe una dimensión superior, que es la gratuidad… el «sudor de tu frente» se nutre de ella en mil ocasiones y oportunidades, de esas que no descubres en un instante… percibes, sí, la fatiga, y no aciertas a responder acerca del cansancio o de la experiencia de una derrota… y, sin embargo, la carencia de resultados inmediatos, la demora de cualquier éxito, ha de llegar a tu vida como una bendición… hace, tal vez algunos instantes, festejabas tus tareas, hasta que las sombras de la noche te entregaron la vanidad de tantas cosas y la desaparición de esas ilusiones que pretenden elevarte… el escenario tiene decorados muy diversos… allá, al fondo, un telón azul, muy fuerte, te recuerda un pedazo de cielo que ya no está… pero los «decorados» engañan… por eso eleva tu corazón más allá de fantasmas e ilusiones… es verdad que las sombras velan, pero también revelan… lo que hasta ayer juzgabas luminoso, hoy desaparece… y es que la luz, la luz verdadera, no engaña, a pesar de los discursos de los necios… ama y desea, desea y espera, espera y sueña, sueña y bendice, ¡ya llega!… la #rosasinporqué se nutre del esfuerzo de las raíces, pero se hermosea en pimpollos y pétalos gracias a la gratuidad… ¿piensas que todo es esfuerzo y sacrificio?, ¿das lugar a la gratuidad en tu vida?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,5-25)…