Si la noche se hace larga, espera… si no ves aún el resplandor de la aurora, espera

… si la noche se hace larga, espera… si no ves aún el resplandor de la aurora, espera… si lo que has sembrado tarda en germinar, espera… si tus sueños parecen simplemente sueños, espera… espera a que crezca el árbol y te dé sombra, pero abona la espera con tus hojas secas… espera a que brote el manantial y te dé agua, pero despeja tu cauce de memorias enlodadas… espera a que apunte la aurora y te ilumine, pero sacude tu noche de postraciones y sudarios… espera a que llegue lo que no sabes y te sorprenda, pero vacía tu casa de todo eso que pasa y mal te llena… y al abonar el árbol, al despejar el cauce, al sacudir la noche y vaciar la casa, la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza… ¡no te dejes robar la esperanza!… y si alguien te pregunta como haces para esperar con tanta paciencia en donde pareciera que nada se espera ni nadie espera, diles que un día te enamoraste y que sabes que tu amor no te deja y que está en la puerta… la #rosasinporqué espera con paciencia a que amanezca y no pierde tiempo en estériles lamentos, la gratuidad la preserva de las quejas… ¿te quejas y te lamentas?, ¿eres capaz de la sabiduría de saber esperar con paciencia?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 24, 35-48)…