… ¿quién es noble?… sobre todo el que no necesita probarlo… aquél que solo y consigo mismo es más noble que nadie y no busca espectadores, aquel que vive agradecido sin aguardar recompensa alguna, aquél para quien la gratuidad basta siempre, donde sea y como sea… ¡cuántas veces crees que tu vida la vas construyendo con tus propias fuerzas!… eres tú el que estudia, eres tú el que entrena duro, eres tú el que trabaja y se gana el pan con el sudor de la frente… eres tú el que se despierta todas las mañanas y, rezando, empieza el día como un “llanero solitario”… vas montando tu vida con tus recursos y ¿no necesitas de nadie?… mereces descanso, mereces reconocimiento, mereces regalos y mimos que te haces… ¡y no caes en la cuenta de quienes han pasado por tu vida, personas concretas que tienen nombre, rostro!… personas que han acogido tu vida, personas que sabes que te quieren y que las necesitas… personas con los que puedes reír y a veces llorar, compartir un rato de charla o salir a dar una vuelta… empieza, entonces, querido amigo y amiga de la rosa, a comprender que tu vida tiene mucho de regalo… las cosas más importante en tu vida no dependen de méritos ni de premios, son esas cosas que no tienen precio ni motivo… si te dieras cuenta del valor de lo gratuito, ¡la exigencia se volvería gratitud y la pobreza te enriquecería!… la #rosasinporqué vive desde la gratuidad cada momento de su vida, la mezquindad interesada no opaca su alegría ni su entrega… ¿das para recibir?, ¿mezquinas regateando cada gesto y cobras por saludar bien y sonreír?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 14,11-14)…