Las palabras, verbalizadas o calladas o gestuadas, son manifestación del ser humano

… las palabras, verbalizadas o calladas o gestuadas, son manifestación del ser humano… ellas te dicen, te cantan, te expresan, te soportan, te fecundan, te abren, te crean, te alimentan, te relacionan… cuando esas palabras, verbalizadas o calladas o gestuadas, logran una organización tal, aparece señalado con nitidez el misterio de quien eres… ¡es que se hace visible a tus propios ojos el sentido inabarcable que encierran!… ¡oyes el fondo de la partitura que te sostiene entrelazado en esta humanidad terrible y hermosa!… ¡hueles el aroma del tiempo que te modela!… ¡tocas la llaga que te avisa el estar vivo!… y cuando puedes saborear las palabras y degustar sus matices, ¡emerge la sabiduría que conduce a la fuente de toda posibilidad de existir!… ¡la poesía se hace carne y te hace visible la gratuidad!… de allí nace toda bendición, toda alabanza, toda expresión de asombro… eres palabra, eres silencio, eres mirada, eres sonrisa, eres caricia, eres abrazo, eres alabanza… eres poesía si dejas que la gratuidad nazca en tu corazón, si dejas que circule por tus venas y si dejas que vuelva a tu corazón y te mantenga vivo… ¡o si dejas que se derrame dando vida a demás!… la #rosasinporqué es palabra de gratuidad con el pimpollo, la flor, el tallo, las espinas, las hojas y las raíces… ¿alabas o te lamentas?, ¿dejas que tu vida sea resonancia de la gratuidad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 10,21-24)…