¡Hay tantos que trabajan sin descanso!

… ¡hay tantos que trabajan sin descanso!… viven como “encendidos” todo el tiempo, apasionados u obsesionados… ¿dónde se encienden esos fuegos?, ¿cómo se cuidan esos fuegos?, ¿dónde acaban esos fuegos?… crecen las ojeras, se borronean las miradas, se entumecen los pasos, se agrietan las sonrisas, se inquietan las noches, se hipotecan los encuentros, se olvidan las personas… muchas veces estos “fogosos” que encienden otros fuegos terminan destruidos por las llamas… el fuego de la gratuidad no destruye, pero sí consume… y misteriosamente, dando más vida… el don de sí, expresión de la gratuidad en acción, es regalo y no auto destrucción… hacer y rehacer hasta el cansancio, es enfermizo… trabajar y descasar para seguir trabajando, es explotación… no puede el río perder contacto con su fuente porque se seca… aparecen las quejas y el fastidio, la observación injusto sobre los demás… el tema no es hacer mucho o poco, sino desconectar la acción por buena que sea de la gratuidad que la originó… la #rosasinporqué no desprecia sus raíces que le hacen permanecer en el humus de la gratuidad, por eso cada día amanece tan hermosa… ¿vives agitado y preocupado por el mucho hacer?, ¿histeriquéas cuando ves que los demás no hacen lo tu haces?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 10,38-42)…