Existe un modo secreto, imprescindible

… existe un modo secreto, imprescindible, para que el amor pueda fortalecerse y la vida pueda crecer… es la confianza, sólo la confianza… sin confianza no hay abandono… y el amor para ser fuerte necesita confiar y abandonarse en el amado, en la amada, recostarse sobre su pecho y dejarse abrazar… y la vida para crecer necesita confiar y abandonarse en la herencia recibida, en las posibilidades del presente y en el amanecer del mañana… confiar totalmente en el Señor es un “latir de amor y de vida” que brota de la gratuidad… en los mejores momentos, en los peores, en la enfermedad, en la perplejidad, en las horas de confusión, en las noches más oscuras… esto es: ¡siempre!, como un respiro… en suma, confiar es propiamente respirar y respirar hondo… el Señor se complace en tu confianza, en el abandono que comporta dejar que Él obre en ti… Él te dice a cada momento: «¡déjame ayudarte!”… esto es: “déjame que te de todo lo que necesitas, ¡y lo que deseas!”… por eso rezas el Padrenuestro, más con el corazón que con los labios… no dejes de orar, la vida vale lo que vale la oración… si ahora mismo el desconsuelo y la incertidumbre te invaden, si no sabes qué hacer, si temes el desamparo, gime con confianza “Padremío, mi Padre, Padrenuestro”, y obtendrás más de lo que esperas… la #rosasinporqué balbucea con confianza el Padrenuestro, la gratuidad la llena de confianza en suave abandono… ¿oras todos los días con el Padrenuestro en el corazón?, ¿confías y te abandonas?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 6,7-15)…