Deseas la paz y es muy bueno que la procures

… deseas la paz y es muy bueno que la procures… quisieras sumergirte en ese piélago infinito que no tiene fronteras, y vivir tu vocación allí mismo… deseas hallar “un espacio” y “un tiempo” sin asaltos de inquietudes y sin molestias de mosquitos… es así que multiplicas acciones y pretendes cumplir con mil propósitos, quizá para recibir el consuelo de que “haces algo”… buscas el calor de ciertas estructuras y “lugares comunes” que te confirmen y aseguren en lo que sea… y, a pesar de propósitos tan legítimos, los resultados son muy pequeños… es que pretendes que el “cumplimiento” de ciertas normas, y hasta de los mandamientos, resuelvan todo… le has dado al “camino” la categoría de “meta”, has hecho del “método” un “fin” en tu vida… descubre primero la “meta”, encuentra el “fin”, descubre y encuentra a Dios… o, mejor, “recíbelo” donde Él quiere… sal de ti mismo para que Él entre a Su casa, el “templo” de Dios eres tú… por tanto, ¡abre las puertas de par en par!… aunque aparezcan mil dificultades, es posible superarlas a todas, descendiendo siempre en despojo y humildad… es necesario que pases “más allá” del cumplimiento… la humildad comporta aceptar con gozo el espacio inaudito donde no sospechabas que el Señor quiere encontrarte, y “cumplir” es aceptar qué Él sea Dios y alegrarte por ello… la #rosasinporqué cumple en abandono y confianza con la gratuidad, por eso no vive obsesionada por el cumplimiento… ¿vives con libertad el espíritu de las normas o eres un obsesivo compulsivo del cumplimiento?, ¿desprecias el cumplimiento de las normas y eres un adolescente caprichoso con tus vicios y gustos?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 5,17-19)…