¿Cómo andar sin agua cuando hay tanta sed?

… ¿cómo andar sin agua cuando hay tanta sed?… aún te queda el lenguaje de las «lágrimas», que brotan, corren y caen en silencio… llora, sí, tu soledad, tu necesidad… ahora mismo se inclina el silencio para cubrir con su manto el dolor de tu vida… la Palabra se ha hecho «sufrimiento», y éste sabe de particular fecundidad… no existen las «respuestas suficientes» a tu padecer… estas confundido cuando buscas soluciones en «extensión», en pura línea horizontal, y buscas en el camino de la «cantidad»… las cosas que te agobian y fatigan, oprimen en un pequeñísimo lugar y tu error es otorgarles una influencia de la que carecen… porque, en realidad, estas lejos de tantos problemas y te hayas manoteando por estar cerca… ni estás “aquí”, así no más, ni eres «eso»… más bien eres «aquello», más allá, aún más allá de tus sueños… aprende, en silencio, a contemplar el cielo en la rosa y en el instante la eternidad… no fuerces ni empujes, el gran fracaso consiste en presionar, ni reprimas, ni empujes… con sencillez “toca” a tu Señor que se acerca… y deja que tu corazón sonría, así acaban las alegrías: en la sonrisa… la #rosasinporqué “toca” la gratuidad y es curada de sus dolencias y tristezas… ¿te animas a que tu necesidad “toque” al Señor?, ¿por qué si eres de recibir la Eucaristía frecuentemente tu vida sigue igual?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 6,53-56)…