Allí donde no esperabas hallas la sorpresa

… allí donde no esperabas hallas la sorpresa… y, rápidamente, te das cuenta de la novedad: ¡el mundo circundante no es tal como imaginabas y, tampoco, el universo interior!… todo es apertura para nuevos descubrimientos, aunque no emprendas viaje alguno… el «viaje», que es peregrinación, no admite descripciones ni definiciones… es, en cambio, una aventura, una aventura que te transforma según obra la gratuidad en tu vida… ¡ah!, nunca separes la gracia de la vida, ni opongas internamente lo que la misma gratuidad obra… reconoce que no basta con alimentar la “panza”, debes alimentar también el “alma”… deseas y deseas, ¡y nada te sacia!… te descubres pequeño, con muchas debilidades, con no pocas vacilaciones… pero con esa confianza y firmeza que sólo la gracia puede darte y que no es ningún lujo ni rareza, ni extraña añadidura, sino regalo y don permanente… no es «vergonzoso» sentir hambre, tampoco es infecundo… no busques parámetros y medidas a tu antojo, abandónate y confía en Aquél que solicita tus pobrezas para enriquecerte, tus hambres para saciarte… la #rosasinporqué no se alimenta sólo por las raíces, la gratuidad alimenta su entrega y la sacia embelleciéndola… ¿con qué sacias tus hambres?, ¿has descubierto el valor incomparable de compartir tus pobrezas?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 8,1-10)…