Vivir de enunciados es frustrante

… vivir de enunciados es frustrante… vivir de lo que haría, es pasatiempo de cómodos y vagos… soñar, sí, pero ir a lo concreto… no basta un “habría que” para dar forma a los sueños… pintar el amor en las paredes no garantiza vivirlo… conformarme con listas de canciones tristes es jugar a los náufragos… la profecía, la denuncia y el reclamo por los derechos pisoteados no puede ser tan solo un eslogan de camiseta… de poco sirve un quizás cuando me piden un “sí”… ¡cuántos “alguien lo hará” cuando se espera un “yo”!… daré al que me pida sin vueltas ni vueltos, que dar así no significa conceder sino optar por un modo de responder y ayudar… no devolveré los ofensas, que no es resignarme a que me pisen o atropellen sino optar por un modo de ser… no reclamaré lo que presté, más bien me preocuparé por quien es discapacitado para devolver… es la constante tensión que atraviesa la vida, “sobrevolar o quedar empantanado”… “Señor, Tú pones la encrucijada y me dejas la decisión: vender aire o ser testigo de tu Reino, pensar en mí o en los otros primero”… la #rosasinporqué nunca devuelve el mal que recibe, la gratuidad siempre la hace pensar bien y dar sin más… ¿cuáles son tus opciones ante los pedidos de ayuda?, ¿cómo respondes a los agravios y a las ofensas?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 5,38-42)…