Vives muchas veces teniendo que demostrar, buscando “dar una imagen” lo mejor posible de ti mismo

… vives muchas veces teniendo que demostrar, buscando “dar una imagen” lo mejor posible de ti mismo… y, según los valores que tengas, quieres hacer ver una u otra cosa… el que ama el dinero quiere mostrar opulencia, el que ama el placer tiene que demostrar que goza y vive en una fiesta perenne, quien valora lo físico cuida su estética para exponer su mejor cara o cuerpo, el que persigue el bien quiere ser virtuoso, el obsesionado por el orden transmite eficiencia y el que ama el poder se representa tan enérgico como puede… “lo virtual” parece más real que “la realidad”… el gesto más cariñoso puede expresarse en un “me gusta” viral y la indiferencia más fría puede sentirse en el silencio de un “visto”… la palabra puede tener una fuerza poderosa para armar o desarmar un vínculo cuando cliqueas “enviar”… ¿dónde queda el amor?… el amor necesita expresarse realmente, los sentidos son las puertas que te abren a los afectos, son las primeras “palabras” de tu lenguaje afectivo… el deseo de amar a un otro de carne y hueso distinto de ti implica salir de lo virtual para entrar en el mundo real del corazón donde las emociones y los afectos no son ilusiones… en el corazón te encuentras herido y vulnerable, pero también digno y capaz de amar y ser amado… allí, en lo escondido y profundo del corazón, que se deja tocar por el amor, aparece tu verdadera identidad… anímate a cruzar la frontera de la apariencia, asume el desafío del encuentro con el amor… la #rosasinporqué no vive en las apariencias virtuales, la gratuidad la sumerge en la hermosa y desafiante realidad… ¿te quedas en las apariencias de las cosas y de las personas?, ¿te das cuenta que lo virtual te aísla en la sola soledad?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 10,2-16)…