Te paseas, siendo Rey

… te paseas, siendo Rey, vestido de Pan y Vino… Pan para saciar las hambres y Vino para alegrar la vida… Pan que es Cuerpo entregado y Vino que es Sangre derramada por amor, para redención de la humanidad… vestido de Pan y Vino, Señor, te paseas por nuestras calles… ¿para qué?… “… es que el amor no abandona, el amor jamás deja sólo… hagan esto en memoria Mía… compartan el pan, el vino y la palabra… cuando el fracaso parezca desmembrarlo todo, cada persona, cada familia, cada comunidad… cuando el hastío vaya plegando cada vida aislada sobre sí misma, contra su propio rincón, pegadas las espaldas contra muros enmohecidos… cuando el rodar de los días arrastrando confusión, estrépito y consignas, impida escuchar el susurro de la ternura y el pasar de la caricia… cuando estalle la fiesta común porque el Dios de la vida sea reconocido, cuando caiga la reja que apresaba la aurora y amanezca más justicia… reúnanse, escuchen, compartan el Pan, compartan el Vino, ¡déjenme pasar por sus vidas!… dejen brotar la dicha común y sustancial, el futuro escondido en esta Memoria mía, inagotable Presencia de Eucaristía… la #rosasinporqué se deja encontrar por la gratuidad que sale a su encuentro… ¿dejas que el Señor salga a tu encuentro?, ¿lo esperas?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 6,51-58)…