¿Rechazas porfiadamente las evidencias que te indican que estás errado?

… ¿rechazas porfiadamente las evidencias que te indican que estás errado?…. la necesidad de edificar una falsa fortaleza para controlar y gobernar no es nueva… es triste, muy triste, comprobar que el hombre se apega a su propia necedad, a veces con un mayúsculo perjuicio del cual no puede liberarse fácilmente… muchas veces pierdes tu senda y no puedes ya eludir tu propio error… ¿es preciso que comiences de nuevo?… no, no se trata de eso… es preciso, en cambio, que perseveres con confianza en la gratuidad y en la rectitud y no te detengas en el temor de asaltos y amenazas… las superficies (arena) son harto movedizas y, por lo mismo, cambian y mueren, no tienen consistencia, casi no son… si buscas lo que «es», descenderás a la hondura, más profundamente, donde podrás hallar la verdad y la vida… lo más cierto no es lo más manifiesto, ni lo más difundido, o querido, o «vulgar»… lo más cierto siempre se halla escondido, como el tesoro en el campo… tu vida no es una historia de cáscaras o de superficies, o de simples cositas exteriores… no edifiques tu vida y la vida de los tuyos sobre la inestabilidad de las propuestas de ideologías o del marketing del consumo… edifícate y edifica sobre la roca de la gratuidad… la #rosasinporqué hunde sus raíces en la gratuidad, y no hay invierno ni tormenta que impida que florezca… ¿sobre qué edificas tu vida y la vida de los tuyos?, ¿rechazas las evidencias cuando estás errado?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 7,21-29)…