¡Qué gozo tan grande es entender el lenguaje de los pájaros!

… ¡qué gozo tan grande es entender el lenguaje de los pájaros!… porque ellos vuelan como el alma y poseen la maravillosa condición de hablarte por el sólo hecho de existir y de ser tales como son… todo habla o, mejor, todo canta y es un himno de alabanza… ¡cuántos vanos esfuerzos para realizar cosas inútiles!… pero siéntate, ahora mismo, junto a un árbol y bebe un vaso de agua fresca… deja de lado las noticias recientes y las alarmas del día… deja y deja aquello en el nivel que le corresponde y goza del resplandor de las cosas, de los rayos del sol que todo lo abraza con su presencia… nada mejor que caminar hacia el corazón y gozar de esos viajes increíbles en el territorio inigualable de la gratuidad… que nada ni nadie te quite la “realidad profunda”, la hondura del ser y la paz de la gratuidad… huye de «lo que se dice», quédate en el silencio que no compara, que no elige, que no turba ni angustia… deja lo que se tiene por muy grande, cuanto más pequeño seas más entrarás en el secreto de la gratuidad… la #rosasinporqué alaba incesantemente, la gratuidad la mantiene pequeña y ella disfruta de lo aparentemente insignificante… ¿alabas y agradeces o te quejas y lamentas?, ¿qué vas a hacer cuando seas pequeño?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 11,25-27)…