Medir al otro juzgando

… medir al otro juzgando lo que me parece es despreciable, es achicar al otro a mi corta estatura, es encoger la mirada a lo cercano e inmediato y a la apariencia… el amor no mide, el amor respeta la realidad, el amor reconoce la verdadera estatura del hermano, el amor amplía la mirada en una perspectiva que da el horizonte de la verdad, el amor sólo es posible en la alteridad… quien mide desprecia la alteridad… ¡hola, alteridad!, alteridad llena de gracia!… beso tu piel distinta, multicolor mejilla innumerable de un solo rostro, del accesible y cálido infinito… el miedo, la sospecha y la codicia, te han asaltado como una plaga de etiquetas mal-dicientes… ante el calor de la acogida, tu misterio se abre lento como una flor de inéditos aromas… en ti crece algo mío, en mi crece algo tuyo, para ser tú y ser yo al ser nosotros con toda criatura… diferencia que alagas o que dueles, con sonrisa de ángel en tus ojos, o con rastro de infierno en tus heridas… me asombro ante las diferencias, llamados a la unidad… quien desprecia las diferencias fomenta las grietas… bienvenida alteridad, ¡alteridad llena de gracia!… la #rosasinporqué no mide ni juzga a los demás, la gratuidad le permite valorar y respetar las diferencias… ¿mides y juzgas a tus hermanos?, ¿fomentas el pensamiento único?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 7,1-5)…