… limpiar el corazón para que ame, podar para que crezca… saber que no alcanzan las decisiones, por buenas que sean, si no se cuida y preserva en los detalles la entrega… no adulterar el corazón ni la mirada, no engañar con gestos y palabras, no defraudar ni estafar en la confianza, no hipotecar la esperanza… para mantener los amores se debe cuidar la confianza, y la confianza la cuido cuando hago cosas que la afianza… por eso, esperaré a que crezca el árbol y me dé sombra, pero abonaré la espera con mis hojas secas… esperaré a que brote el manantial y me dé agua, pero despejaré mi cauce de memorias enlodadas… esperaré a que apunte la aurora y me ilumine, pero sacudiré mi noche de postraciones y sudarios… esperaré a que llegue lo que no sé y me sorprenda, pero vaciaré mi casa de todo lo enquistado… y al abonar el árbol, despejar el cauce, sacudir la noche y vaciar la casa, la tierra y el lamento se abrirán a la confianza en la esperanza… la #rosasinporqué no adultera su amor y entrega, con la gratuidad cuida la confianza en la esperanza… ¿cuidas tu corazón y tus miradas?, ¿cortas lo que tienes que cortar para continuar la marcha?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 5,27-32)…