La soledad mata

… la soledad mata… el aislamiento social que estamos viviendo está matando, no sólo porque las actividades económicas esenciales para cuidar y disfrutar la vida nos están prácticamente vedadas, sino porque la subsistencia no es meramente económica sino principalmente “cordial”… el corazón no vive ni sobrevive sin presencias significativas… es increíble cómo cambia el rostro del enfermo cuando se acerca alguien que lo quiere: “ah, ya estás aquí”… al abuelo le brillan los ojos cuando vamos a verlo: “ya estás aquí, ¡te estaba esperando!”… los papás se quedan tranquilos cuando los hijos están en casa: “ya están aquí”… el enamorado salta de alegría cuando ve venir a su amada, su corazón se le sale del pecho: “¡ya está aquí!”… la Pascua es reconocer la presencia del Crucificado resucitado, del Resucitado crucificado… “miren mis manos y mis pies, ¡soy Yo mismo!”… y en la fe aclamamos, llenos de alegría, “¡ya estás aquí!”… la soledad mata, la presencia vivifica… la #rosasinporqué vive agradecida de presencias significativas… ¿a quienes alegras con tu presencia?, ¿la presencia de quienes te vivifican?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 24,35-48)…