Hola, fuego, bienvenido seas

… ¡hola, fuego, bienvenido seas, tú que bautizas con tus llamas sin consumir lo que abrasas!… ¡fuego, lleno de gracia, abrásame!, ¡abrásame y que tu chispa bailarina encienda desde mí otras zarzas que están apagadas!… ¡ven, fuego, a mi vida contaminada de tantos intereses egoístas y consume aquellas cosas no compartidas!… ¡ven, fuego, que el Viento de Dios sopla para que te enciendas más todavía!… fuego que separas la escoria, que acrisolas, que templas, que purificas, ¡ven!… si llegas a encender mi vida seca, yo mismo seré tú mismo y no otro… pueden diferir las llamas, pero el fuego en sí, no cambia… y si tengo vocación de fuego, también la tengo de ceniza… Señor, si en Ti soy luz, también soy en Ti oscuridad… en mí se esconden tu fuego y tu luz, hasta que en Ti se enciendan mi oscuridad y mi ceniza… porque si en Ti soy llama, también debo hacerme cargo de la brasa… la #rosasinporqué se deja bautizar por el fuego de la gratuidad, y con su llama enciende en las mañanas otros zarzas para que ardan… ¿te dejas bautizar con fuego?, ¿vives encendido?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 12,49-53)…