Entusiasmo adolescente

… entusiasmo adolescente, nacido de un vacío preexistente y de pretensiones de grandeza, aquel que brotó cuando te vi por primera vez pasando por mi vida… no me habías llamado todavía, Señor, pero yo entusiasmando grité a tu paso: “¡te seguiré!”… me miraste con esos ojos que cautivan y me dijiste que sería para toda la vida con la radicalidad del desapego y la incondicionalidad del corazón, que agradeciera los atardeceres sin embalsamarlos en mis recuerdos y que contemplara los amaneceres con confianza sin festejarlos por adelantando… nada de eso entendí en el momento de ese primer encuentro, ya que no era a Ti a quien buscaba mi corazón inquieto sino que era satisfacer mi ego y la falta de sentido en todo lo que emprendía sin saberlo… sin querer te decía: “¡te seguiré para que me sigas!”… me miraste con amor, Señor, sonreíste sin burlarte de mis fantasías y dejaste que estuviera desde entonces a tu lado… han pasado los años, y con ellos mi vida, y no me arrepiento… aquel entusiasmo adolescente ha madurado y ahora sé que sólo se puede vivir el “hoy” con pasión cuando se dice: “¡lo que Tú, Señor, quieras!”… la #rosasinporqué mira agradecida el pasado y contempla con confianza el mañana, así vive apasionada el ahora de la gratuidad… ¿eres agradecido con tu pasado y miras con confianza el mañana?, ¿vives apasionadamente el momento presente?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,57-62)…