El “equipaje” que llevas

… el “equipaje” que llevas termina siendo un signo elocuente del “hacia dónde” te diriges… de Dios vienes, a Dios vas… el “equipaje” evidencia las cosas que necesitas para el viaje y las que vas a requerir cuando llegues… al enviar, Señor, a tus discípulos les ordenaste que no llevaran nada para el camino, sino que te llevaran sólo a Ti… ¡no lleven alforjas, hinchazón de la piel enferma de codicia colgando sobre los hombros!… ¡no lleven alforjas!, sólo hay que llevar lo que cabe en el pecho y lo disuelto en la sangre que se asoma en los ojos y fecunda los sueños!… ¡no lleven alforjas!, que estorban para acoger los abrazos, cargar las ovejas perdidas y los nombres amanecidos al final de la noche!… ¡no lleven alforjas!, el Reino ya está donde llegarán y el Reino los esperará al regreso… pero, que no les falte el saludo alegre, la mirada limpia, la mano tendida, la palabra justa, el silencio oportuno, el consejo sensato, el ejemplo sencillo, las sandalias y la túnica, el porte y la estima… no se preocupen por las provisiones, quienes los reciben los atenderán… ¡vayan sin lastre, vayan de a dos, vayan cantando, vayan rezando!… no se queden, ¡vayan!… la #rosasinporqué todos los días se pone en camino sólo con la gratuidad… ¿cuál es tu “equipaje”?, ¿llevas a tu Señor y a los tuyos amados?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 6,7-13)…