… el corazón canta lo que ha vivido, lo que vive y lo que desea seguir viviendo… alegrías y tristezas, sueños y esperanzas, presencias y ausencias, amores y desamores, encuentros y desencuentros… el corazón tararea la vida, la silba, la hace melodía y canción… le cantas a la luna y a las estrellas, a las flores y a las aves, a las mañanas cuando se despiertan, a las tardes cuando se acuestan, a las noches cuando se hacen largas… tu alma le canta con gratitud al amor recibido y con pena al amor perdido… ¡sí!, le cantas especialmente al amor, y no lo puedes evitar, ni ocultar, ni callar… amor que es mucho más que solo atracción, seducción, encanto, embrujo, enamoramiento, deseo, apego, afecto e incluso juego… la atracción es algo que te mueve hacia otro… la seducción, que te envuelve… el encanto, que te embelesa… el embrujo, que te fascina misteriosamente… el enamoramiento, que te llena de chispa… el deseo, que te excita… el apego, que te genera adicción… y el juego, que te entretiene sin aparentes complicaciones… pero el amor es mucho más… el amor no se puede exigir, se recibe… no somete, se ofrece… no asfixia, sino que da alas… no evita los problemas, da la cara… no es prepotente, porque se sabe débil… no es soberbio, se deja corregir… no se queda con una parte, porque le gusta el todo… no le gusta el rencor, prefiere el perdón… no escucha de pasada, guarda las cosas en el corazón… no hay diccionario que contenga su significado, por eso se vuelve canto… la #rosasinporqué canta la grandeza de la gratuidad que miró con bondad su pequeñez e insignificancia… ¿qué es lo que canta tu corazón?, ¿es una vida un canto de gratitud hacia los tuyos?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,39-56)…