Ayer no me han quitado nada

… ayer no me han quitado nada, ni un sueño, ni una moneda, ni un segundo, ¿estaré ya tan protegido que lo “nuestro” es sólo “mío”?… ayer no me ha dolido nada, ni la cabeza, ni el alma, ni el bolsillo, ¿seré ya un miembro anestesiado del cuerpo social?… ayer no he rezado nada, ni una palabra, ni un silencio, ni una plegaria, ¿estaré ya tan muerto que sólo quiero estar vivo?… hoy, el bien que deseo me hagan, lo haré… hoy, la paciencia que deseo me tengan, la tendré… hoy, el perdón que deseo recibir, lo brindaré… hoy, los abrazos que deseo encontrar, los ofreceré… y si mañana no me hacen el bien que espero, y si mañana no me tienen la paciencia que deseo, y si mañana no me perdonan como quiero, y si mañana no me abrazan en los encuentros… sabré que he hecho muy poco y nada el bien, que no he tenido la paciencia necesaria con mis hermanos, que no he perdonado ni abrazado lo suficiente… y lo volveré a intentar, aunque sea por la puerta estrecha del olvido, porque ahora sé que los amo… y, si es necesario, recorreré el camino de la desconsideración y del desprecio, porque quiero seguir amándolos… si en verdad amo, no esperaré nada a cambio… la #rosasinporqué no vive pendiente de los vueltos, desde la gratuidad ama sin vueltas… ¿das para recibir?, ¿tratas de ser bueno haciendo bien el bien?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 7,6.12-14)…