Amigo y amiga de la rosa y de la gratuidad, hoy puedes orar así

… amigo y amiga de la rosa y de la gratuidad, hoy puedes orar así… “Señor, que lo quisiste… ¿para qué habré nacido?, ¿quién me necesitaba, quién me había pedido?… y, ¿por qué me elegiste, yo, el inútil, el débil, el cansado, el triste?… yo, que no sé siquiera que es malo lo que no es bueno, y si busco las rosas y me aparto del barro, es sólo por instinto… ¿pude hacer siempre todo lo que he intentado?, ¿soy yo mismo siquiera lo que había soñado?… ¿a quién hice feliz tan siquiera un minuto?, ¿qué frente obscura y torva se iluminó de prisa tan sólo ante el conjuro de mi pobre sonrisa?, ¿de qué sirvió mi risa, de qué sirvió mi llanto?… y al fin, cuando parta, ¿qué dejaré a la vida?, ¿qué llevaré a la muerte?… bien sé que todo tiene su objeto y su motivo: que he venido por algo y que para algo vivo, y que si lo mandaste fue también con la idea de llenar un vacío… que hay un sentido oculto en la entraña de todo: en la pluma, en la caricia, en la espuma, en el barro… que tu Obra es perfecta: ¡oh, Todopoderoso, Dios Justiciero, Dios Sabio, Dios Amoroso!, el Dios de los mediocres, los malos y los buenos, en tu Obra no hay nada ni de más ni de menos… pero, no sé, Dios mío, me parece que a Ti, ¡un Dios!, te hubiera sido fácil pasar sin mí”… la #rosasinporqué encuentra el sentido de su existencia en la gratuidad que la hermosea y no en la admiración que provoca… ¿qué le da sentido a tus días, a tu historia, a tu existencia?, ¿eres el mediocre y triste autor de tu vida o eres el humilde agradecido a quienes le dan sentido a tu existencia?…