Me has confiado, Señor

… me has confiado, Señor, unos talentos para que invirtiera en el bien y en la felicidad de los míos… ¡has tenido confianza en mí y me has dado libertad de acción para que yo los trabajara revelándome quien soy!… es que los talentos personales deben transcender hacia los otros para que no sean hinchazón del yo, vanidad insoportable, brillantez que no ilumina, riqueza que empobrece, primeros puestos de los soberbios… me has confiado cinco, dos, un talento, y debo concentrar todo mi tiempo en este instante, recoger mi proyecto en un solo puñado, decir toda mi persona en una única palabra, y entregarme… porque sólo en este “ahora” lo que me has confiado fructifica… es que yo pensaba que necesitaba toda una vida para acogerte, hacerme y entregarme… es que yo creía que necesitaba toda una historia para que mi solidaridad humana se complete… ¡qué absurda pretensión la de un tiempo infinito que nunca alcanza para encontrarte y encontrarme!… pero ahora, desde tu trascendencia abajada y mi impotencia elevada, Tú me liberas de la nostalgia de totalidades imposibles, ¡porque en cada uno de mis fragmentos, talentos confiados, ya se asoma una plenitud insospechada!… la #rosasinporqué encuentra en la gratuidad el talento confiado que pone con alegría al servicio de los demás sin más… ¿cuáles son los talentos que te han confiado?, ¿cómo pones a trabajar tus talentos?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 25,14-30)…