Arrebatar es tomar por la fuerza

… arrebatar es tomar por la fuerza, sin permiso, con picardía, con malicia, a escondidas, es violentar, es doblegar, es trampear… “nadie las arrebatará de mis manos ni de las manos de mi Padre… el Padre y Yo somos uno”… no sabría, Señor, qué me da más confianza, el saberme amado y cuidado hasta tal extremo o que el Padre y Tú sean una “sola cosa”… la certeza de que nada ni nadie podrá arrebatarme de tus manos le da a mi pequeño y frágil corazón una seguridad inquebrantable… pero saber que eres uno con tu Padre, me invita a un amor invencible que no es mi amor… hay quienes quieren arrebatarlo todo, pero el Padre y Tu son uno, así que nada temeré… el príncipe de este mundo, anda dando vueltas queriendo arrebatarme de tu lado, pero el Padre y Tu son uno, así que nada puede hacer… yo mismo, tantas veces, violento las vidas de los míos, pensando que está bien, pero termino arrebatándolas de tu paciente tiempo y de tu paciente espera, pero el Padre y Tu son uno, así que respetaré sus tiempos y tu secreta siembra… me pongo en tus manos, Señor, haz de mí lo que quieras… sea lo que sea, te doy las gracias… estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal de que la voluntad de tu Padre se cumpla en mi… no deseo nada más, Señor, que estar en tus manos… te amo y necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con infinita confianza, porque tú eres mi Hermano y mi Padre… la #rosasinporqué vive en las manos de la gratuidad, nada ni nadie podrá arrebatarle la confianza, la alegría y la paz… ¿en las manos de quien está tu vida?, ¿por qué te faltan confianza, alegría y paz?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 10,22-30)…