… el amor no es un sentimiento que se agota en un momento, ni algo a lo que se le pueda fijar fecha de vencimiento… en el mismo instante en que deja de ser amor, empieza a agotarse y a vivirse como algo ya vencido… es entonces, cuando deja de existir ese vínculo que mantiene unido un amor a otro, que es la fidelidad, y sobreviene la traición… mas, como el amor no puede vivir sin vínculos, empieza de inmediato a construir otro, de modo atrofiado, sobre el propio amor… aquí ya no existe fidelidad sino complicidad… un amor que se vuelve sobre sí, no tardará en dar rienda suelta a antiguos gustos… quien se vuelve sobre su complicidad termina traicionando, porque no puede servir a dos amores… sólo a uno le puede ser fiel… la “rosa sin porqué” es fiel al amor que a diario la recrea y embellece… ¿cuidas el amor entre los tuyos en los detalles de cada día?, ¿juegas con los sentimientos sin respetar lo que despiertan?… (con el Evangelio de hoy, Mc 12,1-12)…