Vivir de rostros, contemplando rostros

… vivir de rostros, contemplando rostros, esa es la vida del corazón que ama… lo saben los padres, que tienen los rostros de sus hijos grabados en el corazón… lo saben los niños que cierran los ojos y ven a mamá y a papá… lo saben los enamorados que se han tatuado mutuamente con amor los rostros de la amada, del amado… lo saben los poetas y los soñadores, que incansables suspiran por ellos… este tiempo de Cuaresma es para recuperar “rostros”… el Rostro de Dios Padre por medio de una “oración no supersticiosa”… el rostro del hermano a quien “ayudo a vivir” por medio de una “caridad no fingida” … y el propio rostro desfigurado por la destemplanza por medio de un “ayuno no estomacal”… es tiempo de “desierto” donde las “tentaciones” se intensifican… el “ayuno”, que no es una dieta, te ayuda a no “convertir todo en pan”, en no manipular el “don de Dios”… la “limosna”, que no es una cruel monedita, te ayuda a “no tentar la Providencia”, en no “usar y abusar de tus hermanos”… la “oración”, que no es mover los labios sino el corazón, te ayuda a reconocer a Dios como Dios, y sólo a Él adorarlo… así, pues, al “desierto” para recuperar los “rostros amados”… la #rosasinporqué va al desierto para recuperar los rostros amados por medio de la “oración, el ayuno y la limosna”… ¿quieres recuperar el rostro de tus amados?, ¿estás dispuesto a luchar contra las tentaciones que desfiguran los rostros?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 4,1-11)…