Vives con una terrible ansiedad, digna de evitarse, ¡pero no puedes!

… vives con una terrible ansiedad, digna de evitarse, ¡pero no puedes!… y te dices: “voy a hacer de todo, voy a aprovechar todo”… y pasan los días y las horas y acabas por darte cuenta que sigues en el punto de partida… ¿desilusión?, ¿fracaso?… quizá sea necesario «fracasar» muchas veces para hallar «aquello» que nunca puedes expresar bien… no pierdas la paz, el «silencio del ayuno» parece muy penoso pero es sanador de ansiedades… es que adviene esa caterva de tensiones, esa feroz invasión de propósitos, ¡y no logras lo que te propones!… tu ayuno no debe ser meramente penitencial ni ritual, ¡sino esponsal!… porque la dimensión penitencial en tu vida debe ser cuestión de amor… te exiges moderación no por ti, como si fueras un gimnasta, sino porque el “amado” te ha sido quitado y estás enamorado y no soportas su ausencia… dimensiona tu vida en clave de amor, ¡eres un enamorado!, ¡eres una enamorada!… disfrutas de las presencias y penas en las ausencias… la #rosasinporqué sabe que el ayuno es cuestión de enamorados, por eso desde la gratuidad se modera para vivir plenamente del amor que la sustenta… ¿por qué ayunas o no ayunas para nada?, ¿qué cosas debes moderar para ser verdaderamente libre y no un dependiente de gustos, antojos, caprichos y vicios?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 9,14-15)…