Una impresión, un detalle, alguna vez

… una impresión, un detalle, alguna vez… una caricia, una mirada, una imagen, una canción, tal vez… y se manifiesta, asombrosamente, el mundo sublime, escondido, que es el pórtico del jardín interior donde la gratuidad quiere habitar contigo… secreto inefable que no puedes describir con palabras y sólo puedes experimentar… muchas veces piensas: “¡quisiera más!”… pero la “abundancia” es más que silenciosa y el corazón gusta de todo ello más allá de las expresiones limitadas… lo más inmediato y real no es «lógico», ni siquiera «aceptable» según los códigos que se usan por allí… pero si te atreves a aceptar el «paraíso de la gratuidad», libremente, aquí y ahora, más allá de lugares comunes o seguridades deterioradas, recibirás de apenas “unos siete panes”, en “abundancia insospechada” hasta saciarte, todo tu bien y felicidad… la #rosasinporqué se sacia con los insignificantes detalles del amor, porque su alimento es la gratuidad… ¿eres consciente de la riqueza de tu insuficiencia y pobreza?, ¿quedas saciado cuando lo das todo?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 8,1-10)…