Un aire fresco, al amanecer

… un aire fresco, al amanecer, nos trae una desconocida fragancia que inunda, sin saturar, toda la tierra… ¿qué flor será ésta?, ¿en qué jardín se encuentra?, ¿será ella sola o habrá otras?, ¿quién será el dichoso jardinero que la cultiva?… nació una flor, la llaman “María”… dicen que se mantuvo siempre niña, pobre y virgen, campesina de provincia, galilea, tierra de sospecha para un israelita de ley… dicen que cuando “María” se miraba en los ojos de la aldea se veía pequeña, y que cuando el Jardinero divino la contemplaba la encontraba única… dicen que se acostumbró a sentir cómo la mirada de Dios se posaba sobre su rostro, y que aprendió a verse con los mismos ojos de quienes la miraban… dicen que toda Ella era virginal, sin interferencias posesivas, pura acogida de la vida que el Sembrador de la historia quería inaugurar en el barro de la tierra… dicen que cuando ésta Flor dijo: “¡sí!”, el Verbo empezó a hacerse carne en sus entrañas… desde entonces, amiga y amigo, no importa dónde te encuentres, percibirás esta fragancia, es María que canta agradecida: “proclama mi alma la grandeza del Señor en la insignificancia de mi vida”… con el nacimiento de María se abrió el abajo de la historia y la Voluntad de Dios entró con toda su pureza sin que la más mínima mella manchara de inhumano la novedad de Sus ofertas… la #rosasinporqué es reflejo de María, gratuidad, acogida, entrega, servicio y alegría sin medidas… hoy no se hacen preguntas, sólo se contempla a María… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 1,18-23)…