Tu vida no está estancada

… tu vida no está estancada, ya te has puesto en camino… y lo has hecho, ahora, sin demorarte en esas consideraciones abstractas con las que pretendiste en otra época justificar tu dejadez, esa tendencia pegajosa de la mediocridad y de la mezquindad… ya has comprendido el valor de la gratuidad y la importancia de no dar vueltas ni rodeos… la voluntad elíptica deforma las mejores intenciones… cada momento es el “ahora”, el “ya”, la hora de la gratuidad, el instante de abrazar el camino del servicio desinteresado… es simple y es increíblemente fecundo… el mayor acierto es elegir, sin titubeos, las formas pequeñas de la vida, por ejemplo el saludo, y caer en la cuenta del impacto inmenso que poseen esos detalles… saludar desde el corazón, con la conciencia de un «estado» de disposición y atención hacia el otro, sea quien sea, hace tanto bien… saludar es reconocer la presencia del otro ante ti… es mucho más que buena educación, es humildad y disponibilidad… quizá muchos fracasos se deban a que supones cosas complicadas y a dar cien vueltas alrededor de lo más cercano… la #rosasinporqué saluda a todos todas las mañanas, así desde la gratuidad reconoce el valor distinto de cada uno… ¿saludas con atención y deferencia no adulatoria?, ¿devuelves el saludo que te regalan?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,39-45)…