El «sudor de tu frente» se nutre en mil ocasiones

… el «sudor de tu frente» se nutre en mil ocasiones y oportunidades, de esas que no descubres en un instante… percibes, sí, la fatiga, y no aciertas a responder acerca del cansancio o de la experiencia de una derrota… y, sin embargo, la carencia de resultados inmediatos, la demora de cualquier éxito, ha de llegar a tus horas como una bendición de Dios… hace tal vez algunos instantes festejabas tus tareas, hasta que las sombras de la noche te entregaron la verdad de tantas cosas y la desaparición de esas ilusiones que pretenden elevar tu vida… ahora el escenario, el inmenso escenario, tiene decorados muy diversos… allá, al fondo, un telón azul, muy fuerte, te recuerda un pedazo de cielo que ya no está… los «decorados» engañan desde luego… por eso eleva el corazón más allá de fantasmas e ilusiones, sin llegar a adivinar lo que está más lejos, ¿o más cerca?… es verdad que las sombras velan, pero también revelan… lo que hasta ayer juzgabas luminoso, desaparece hoy… y es que la luz, la luz verdadera, no engaña, a pesar de los discursos de los necios… es la mirada de la gratuidad que permanece en tu corazón, porque lo que se te antojaba ausente ya es, sin duda, presente… la #rosasinporqué aspira a la belleza de una justicia superior, a la gratuidad que da siempre más de lo debido… ¿sabías que la mera justicia es la mayor injusticia?, ¿buscas la justicia superior que es capaz de amar sin reclamar vueltos de ninguna especie?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 5,27-32)…